El MĂ©xico consciente grita desolado con fosas, tumbas y mĂ¡s de 220 mil muertes de Covid con base en datos recientes del Inegi, muchas evitables; con caĂda del PIB del 8.5 %, la peor desde 1932, evitable en mucho de haber habido estrategia responsable; con una desigualdad brutal que tiene a millones de hogares sin agua ni leche en plena pandemia, solo con mendrugos si acaso.
La naciĂ³n a la deriva, hundiĂ©ndose, con su alma desterrada por las oclocracias o gobiernos de la ignorancia. Ignoran cĂ³mo salvarla porque su interĂ©s estĂ¡ en otra cosa, fingen tener el control de la situaciĂ³n, con los medios masivos de comunicaciĂ³n en mayorĂa, muy entretenidos junto a los bots, haciendo eco de tal ficciĂ³n. En tanto la realidad se estremece aparte, silenciada, salvo por bocas libres que le prestan voz como Proceso y moneros demoledores -MagĂº, Camacho entre otros-.
Pero grita un ¡ya basta! ese MĂ©xico consciente, y busca salidas y consejo sabio. OrĂ¡culo es palabra de los dioses comunicada a travĂ©s de ancianos, poetas, sibilas. Es respuesta a consultas sobre destinos humanos. Uno de ellos vaticina a Layo las tragedias que vivirĂ¡ su hijo reciĂ©n nacido, Edipo. TambiĂ©n las Parcas anticipan y tejen porvenires.
En el mundo judeo-cristiano, la palabra del anciano SimeĂ³n profetiza a MarĂa que una espada le atravesarĂ¡ el alma, y que el Hijo que lleva en brazos, "puesto estĂ¡ para caĂda y levantamiento de muchos y para señal de contradicciĂ³n...". Puesto estĂ¡ para arrancar la careta de los rostros en palabras de Fulton J. Sheen.
Poemas de Guadalupe Grande, sibila que hace dĂas partiĂ³ en velero de mĂ¡stiles que se alzan altivos, anticiparon la hecatombe humeante del Covid. Deslizo algunas de sus lĂneas:
Es tiempo de la cosecha del humo.
Ha llegado el momento de trasegar con la ceniza...,
y repartir esta ausencia que nos queda entre las manos.
Es un epitafio el rostro de los dĂas
Es difĂcil seguir vivos
aĂºn mĂ¡s triste abandonar la casa de las palomas ciegas
donde dejamos la caja fuerte de las pérdidas
Millones abren sus oĂdos a horĂ³scopos redactados en oficinas y a demagogia. Por fortuna, un grupo de ciudadanos decidiĂ³ acudir a la sabidurĂa de Delfos para consultar sobre acontecimientos polĂticos venideros en MĂ©xico: elecciones trascendentes.
Un poeta comunicĂ³ a dichos ciudadanos el orĂ¡culo: lo que toca Morena, ya entumida, ensimismada y sorda, se esfuma, empobrece o queda hecho remedo; pronto, ella arqueologĂa.
Y, despuĂ©s de comunicarlo el poeta, a peticiĂ³n de los ciudadanos, lo interpretĂ³, y dijo:
Morena, partido-gobierno marchito en poco tiempo y que marchita casi todo, deberĂ¡ perder las elecciones. No corrige o mejora las cosas, sino desaparece lo tocado ya sea de inmediato o lentamente, lo empobrece, desfigura o sustituye con remedos; es contrafigura de aquel reino de Midas que lo que tocaba engrandecĂa en oro.
Lo que toca Morena es transformado en cobre o nada, salvo una que otra excepciĂ³n. AdemĂ¡s, la inequidad electoral que tanto criticĂ³ Morena cuando oposiciĂ³n, hoy la defiende con ahĂnco.
Es lamentable, aĂºn para no simpatizantes, lo que le pasĂ³ a Morena, porque decepcionĂ³, frustrĂ³ esperanzas de muchas personas de buena voluntad. A sus integrantes se les ha de considerar con respeto en tanto personas. A sus acciones partidistas se les ha de someter a la crĂtica por ser reprobables, contrarias a justicia y Bien ComĂºn.
TocĂ³ el rostro Ăºnico de cada persona, mexicano y mexicana, y lo desvalorĂ³. El voto que mereciĂ³ ya no lo merece por tanta ineptitud en el arte de gobernar, con la excepciĂ³n de la capacidad de un par de legisladores y funcionarios, y de los que ya renunciaron: Carlos UrzĂºa, VĂctor Toledo... Se le rogĂ³ por muchos que rectificara; ha sido inĂºtil, imperĂ³ la soberbia, y sigue imperando. En la balanza, la pesada carga de negativos levanta muy alto el platillo con algĂºn positivo.
Todo gira perturbadoramente en torno al Estado unipersonal, cuando debiera gravitar en torno a la naciĂ³n, al pueblo. En buena filosofĂa polĂtica, el pueblo estĂ¡ por encima del Estado. Éste es solo una parte del cuerpo polĂtico, un medio para servirlo. Lo esencial es la naciĂ³n, el pueblo. Lo fundamental es lo que a Ă©ste le suceda. Morena repudia esa verdad y encarna un narcisismo atravesado de iniquidad, y no una esperanza.
Cortesanos e intelectuales afines se desviven por maquillar la letanĂa de descalabros. Cada ciudadano comĂºn, empequeñecido; pero hay un ¡ya basta! del pueblo que se funda no en el nĂºmero de turbamulta, sino en la verdad inapelable de los hechos. Morena tocĂ³ la palabra y la devaluĂ³ al hacerla instrumento de falsedad, divisiĂ³n y encono. TocĂ³ la glorĂa y la ensombreciĂ³. TocĂ³ el derecho y lo arrumbĂ³. TocĂ³ el heredado fondo para emergencias de miles de millones y desapareciĂ³ en un 75%, buena parte del mismo antes de la pandemia. Toca la libertad de expresiĂ³n, y amenaza con "regularla" para "garantizarla".
Toca apenas la violencia, y se reaviva con brutalidad extrema ante su impasibilidad. TocĂ³ el medio ambiente, y lo afectĂ³ con promociĂ³n de energĂas sucias y caras en contra del sentido comĂºn.
TocĂ³ el sistema de salud, y lo destruyĂ³ con insensibilidad insĂ³lita, en lugar de corregir sus limitaciones; y un Consejo de Salubridad General, ausente, violĂ¡ndose la ConstituciĂ³n.
TocĂ³ la democracia, y la desnaturalizĂ³ mediante la concentraciĂ³n inĂ©dita y metaconstitucional de poder; tocĂ³ el seguro popular y se evaporĂ³, sustituyĂ©ndose por un adefesio propagandĂstico sin insumos; tocĂ³ las estancias infantiles y desaparecieron; tocĂ³ la ConstituciĂ³n y las leyes, y las empobreciĂ³ con el militarismo en seguridad pĂºblica, y en tantas otras cosas.
TocĂ³ la pandemia y desapareciĂ³ la esperanza de superarla, con una gestiĂ³n errada, criminal, en palabras de la doctora de la UNAM y Harvard, Laurie Ann XimĂ©nez en su libro, "Un daño irreparable"; con un nĂºmero aterrador de muertes que, de no rectificarse, podrĂa alcanzar a junio segĂºn la doctora, los ¡600 mil muertos!; con un caĂ³tico y electorero cuasi plan de vacunaciĂ³n, y una aplicaciĂ³n lentĂsima de ellas en contraste con paĂses que aplican ¡millĂ³n y medio de vacunas al dĂa! (conforme a datos de la Universidad de Oxford), a travĂ©s de decenas de miles de farmacias, por ejemplo.
¿Hasta cuĂ¡ndo debe el paĂs seguir angustiado, enlutado, sin oxĂgeno, mientras el gobierno muy tranquilo con Ă³ptimos tratamientos, sordo al drama nacional?
Y de acuerdo a Bloomberg, MĂ©xico: Ăºltimo lugar, de 53 paĂses, en gestiĂ³n de la pandemia. Y peor aĂºn: el Instituto Lowy de Australia, lo ubicĂ³ en el penĂºltimo lugar de 98, en manejo de la misma.
Gobernar es el oficio mĂ¡s complejo, exige la Ă³ptima prudencia deliberativa, no acciĂ³n improvisada, artificiosa. Se gobierna bien no con agendas diarias -que entretienen, pero no resuelven los graves problemas-, sino con un plan estratĂ©gico de corto, mediano y largo plazo que se va materializando en acciones concretas que garantizan gobernabilidad real; plan ese inexistente.
TocĂ³ las medicinas de niños con cĂ¡ncer, de mujeres con cĂ¡ncer de mama y ancianos con enfermedades graves, y desaparecieron o escasearon por desabastos generalizados; tocĂ³ los organismos autĂ³nomos, garantes de democracia aĂºn con sus defectos, y estĂ¡n en vĂas de extinciĂ³n o sumisiĂ³n; tocĂ³ con trenes la zona maya e iniciĂ³ proceso de anonadamiento de pueblos nativos.
TocĂ³ la ciencia, y la sustituyĂ³ por supercherĂa. TocĂ³ comisiones de derechos humanos y se esfumaron. TocĂ³ la educaciĂ³n y trastocĂ³ derechos de los padres y madres. TocĂ³ la familia natural, y la pretendiĂ³ destruir con ideologĂas estrambĂ³ticas.
TocĂ³ la economĂa, sedienta de apoyos suficientes y medidas contracĂclicas, y la empobreciĂ³ con quiebras, desempleo rampante, distracciĂ³n presupuestal en obras no prioritarias, apagones y metros cerrados por falta de mantenimiento, dĂ¡divas que no resuelven el fondo de la desigualdad -que deben aceptar los beneficiarios, sin pagarlas con votos sumisos como antes recomendaba Morena cuando oposiciĂ³n-.
Y como siempre, las excepciones confirman la regla, una de ellas: tocĂ³ la corrupciĂ³n y no desapareciĂ³; un ejemplo, 90% de adjudicaciones directas de contratos y obras pĂºblicas, alergia a la transparencia, por no citar otros casos conocidos que da pena ajena mencionar. Lo que en los otros es borrachera en Morena es alegrĂa.
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ReiterĂ³ el poeta: la 4T deberĂ¡ perder las elecciones; tuvo la oportunidad y la desperdiciĂ³, sin que le sea legĂtimo alegar que en el pasado se dieron conductas contrarias al bien comĂºn, pues prometiĂ³ evitarlas y no lo hizo. Oportunidad y deber de la oposiciĂ³n de reivindicarse. Toda democracia supone las reivindicaciones, de otra manera se estĂ¡ ante despotismos de variada gradaciĂ³n.
El arrogarse Morena el monopolio partidista de una sempiterna pureza polĂtica, es algo insensato y falso como lo prueba la historia del poder, la letanĂa, antes expuesta, de acciones contrarias al bien de la naciĂ³n, y de otras no incluidas por motivo de espacio. Por cierto, para rematar, tocaron su proceso interno de elecciĂ³n, y afloraron quejas de fraude y conspiraciĂ³n como las mencionadas por Muñoz Ledo, crĂtico interno de Morena, y las de hace un par de dĂas por morenistas de Veracruz, entre otras.
El pueblo y las instituciones libres corroborarĂ¡n el orĂ¡culo, si deliberan, cumplen sus tareas y vibran con alma de hĂ©roes, en medio de cinismos, iniquidades y claudicaciones de tenderos "hechos para la cuadra" como decĂa Baudelaire.
En tanto no se redescubra y rescate el alma de la naciĂ³n, seguirĂ¡ siendo ella rehĂ©n de una historia adulterada, y no de la fortuna. Alma grande, genuina y mestiza, suave y sutil, ataviada de fineza; sustituida por manos funestas a mediados del siglo XIX, por una postiza y yorkina, burda, luterana y hostil.
El tiempo es aliado de los pueblos cuando tienen mirada creadora, piensan y rezan. La pandemia, al derribar mitos como el ingenuo del fin de la historia, marca el ocaso de una Ă©poca de penuria y vulgaridad masiva en todos los campos, y podrĂa, en una de Ă©sas, preludiar el retorno de la Buena Nueva para las personas y pueblos que se exigen mucho a sĂ mismos. Hoy prevalece el eclipse de esa Buena Nueva.
Dedico este artĂculo con viva cordialidad y simpatĂa a la maestra Doña Ifigenia MartĂnez, hoy senadora, compañera y vecina de curul del suscrito en la CĂ¡mara de Diputados, LVI legislatura, en tiempo de oposiciĂ³n combativa y brillante. Y con admiraciĂ³n, a la memoria de la poeta Guadalupe Grande.
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