Este próximo Domingo #1deagosto2021 se celebrarán las votaciones para hacer uso de la Consulta Popular. Un mecanismo de participación ciudadana para aprobar o rechazar propuestas de relevancia pública. (Aunque la reforma de 2019 limita los temas a los cuales se les puede solicitar sean consultados).
La publicidad de la #4T trata de motivar a la participación ciudadana, supuestamente se desea saber si el pueblo de México quiere que se enjuicien a los expresidentes "Neoliberales" pero ¿Qué consecuencias tendrá el voto ciudadano?
Es un laberinto de redacción lo que ha preparado la Suprema Corte de Justicia y en ese sentido “a mí me parece que lo que se hace es darle un cheque a la clase política para que haga lo que le da la gana.
Me parece que la vaguedad de la pregunta, porque los ciudadanos no tendremos claro si es que vamos a votar, qué es lo que vamos a hacer, o las consecuencias de una votación; en sentido afirmativo o en sentido negativo es un enredo.
Mientras tratan de adjudicarle un título democrático como si fuera parte de un mandato popular inexcusable, y yo creo que todo es menos eso, precisamente porque el ciudadano que acude a votar no sabe qué significa la opción que tome en la papeleta que se le entregará el próximo domingo.
De este modo, el presidente impulsará una venganza política y personal eludiendo la rendición de cuentas sobre su palabra y acciones. La consulta es una farsa demasiado peligrosa para ignorarla y esperar que el desinterés de la población la vuelva inofensiva.
El encuadre que AMLO ha logrado darle a la consulta es el de la moralidad y la revancha. Así el presidente transmite su mensaje en la frecuencia de las emociones y nos está preguntando en realidad otra cosa: ¿Siente usted que todos los presidentes previos son malas personas, líderes inmorales y sin legitimidad movidos por el deseo de causarle daño intencionalmente a México? ¿Siente usted que ahora “el pueblo” tiene derecho a regresarles ese daño?
Si contestáramos que sí, como es muy probable que responda la mayoría de quienes irán a votar, implícitamente estaremos diciendo que AMLO es la única buena persona que ha llegado a presidente de México y, por lo tanto, el único con legitimidad para castigar a los villanos. Si eso fuera cierto, entonces ¿por qué habríamos de cambiar de presidente en el futuro?
¡Por eso la consulta es mucho más peligrosa de lo que aparenta!
No es casualidad que en la siguiente consulta, a celebrarse en marzo de 2022, se preguntará al “pueblo” si queremos que AMLO se quede o se vaya de la presidencia. ¿Qué haremos si AMLO decide preguntarnos esto mismo en las elecciones presidenciales de 2024? ¿Bastará también con la abstención para impedir su reelección o la extensión arbitraria de su mandato?
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