Si te fijas en tu vida diarias tienes hábitos que ya no reparas en ellos.
Te levantas, te cepillas, te bañas, te vistes, desayunas… y pare de contar.
Al día siguiente, repites el mismo ritual.
Es tan automático que puede llegar el momento en que digas:
«¿Qué sentido tiene mi vida?».
No digo que vas a ponerte en plan cortavenas (o no sé), pero…
ese momento está latente.
¿Te has preguntado por qué haces lo que haces?
¿Por qué vendes lo que vendes?
¿Cuál es esa persona a la que te hace feliz ayudar?
Simón Sinek, autor del libro “Encuentra tu porqué” se encontró en un avión con un señor que disfrutaba su porqué. Este lo hacía levantarse con energía todos los días.
¿Qué crees? Se dedicaba a la producción de acero.
¿Acero? ¡Sííí, como lo oyes!
Pero no era la fabricación del acero lo que lo movía, sino cómo reducir las emisiones de carbono en productos fáciles de reciclar.
Combinaba su pasión por el cuidado del medio ambiente con la producción de ese material.
¡Loco! ¿No?
La cuestión es que no es tan fácil encontrar ese porqué o quizá, lo estás viviendo y no te das cuenta.
Ser consciente de él es la piedra angular para un negocio rentable y duradero.
Atraes los clientes que vibran con tu porqué, aunque no tengas uno y eso marca la diferencia entre la abundancia y la escasez.
En el módulo 2 de La atracción absoluta explicó dos formas de encontrar o hacerte consciente del porqué de tu negocio.
Da igual a lo que te dediques. Es muy poderoso. También te enseño sobre un efecto que permea tu negocio y que va ligado a lo anterior.
Nos leemos,
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