Los dibujos de mi infancia tenÃan mucha diversión.
Pero algunos dibujos eran realmente absurdos.
Por ejemplo, Pepe Le Pew.
Un zorrillo elegante, seguro de sà mismo, pero pésimo para la conquista.
En cuanto veÃa a la gata, la perseguÃa por todos lados.
Ella se veÃa bastante incómoda porque no habÃa agujero donde Pepe Le Pew no la encontrase.
¡Un fastidio!
Asà son muchos coaches, mentores y consultores.
Con un discurso tan terrible que persigue y cansa a sus potenciales clientes.
(Ojo. Una cosa es la repetición y otra que la misma produzca rechazo porque no los cautivas).
Ellos solitos se califican y solitos se enteran de que tú eres la opción para resolver sus problemas.
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