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LA SUBJETIVIDAD DE LAS MASAS EN LA SOCIEDAD GLOBALIZADA

 


LA SUBJETIVIDAD DE LAS MASAS EN LA SOCIEDAD GLOBALIZADA

SUSANA NEUHAUS (1998)

Hay que entender la subjetividad de las masas dentro de la esfera de un DISCURSO IIEC,FMÓ.NICO que penetra todos los diana, desde el lugar político institucional hasta los vínculos entre l.žper-

sonas y os ambitos del mundo interior.

—TFÁ4G1iento hegemónico está determinado en la actualidad por la vigeñCiåQHe               filosóficamente por e pensamiento posmodernista.

No es casual, entonces, que una determinada concepción del munàq tiña las creencias, los modos de actuar y hasta la percepción colectiva.


Usaremos la concepción gramsciana de hegemonía para expresar la dominación político-cultural sobre las clasesstlbalternas, asumiendo qye los sistemas simbólicos no son sólo nuevos instrumentos de conocimiento, sino

también de dominación.

Podemos afirmar con Bordieu y Castoriadis, que estos sistemas simbólicos no reflejan simplemente la estructura de poder, sino'lue constitlll/('ll la realidad presentándola como única realidad, sí misma v natura-

lizada, en lugar de presentarla como una construcción histórica donde el

tema del poder es central para su definición.

El discurso político (refiriéndonos al que emite la cúpula del poder), y \ 1 el no directamente político (aunque en el sentido expuesto también lo es), se difunden a través de la comunicación mediótica, instituye el imaginario social alrededor del cual se busca articularla ráctica social ra ora e consenso en tanto egilima una forma de ver el mundo.

Esto permite mantener a la sociedad organizada y transforma a los individuos en actores sociales de una obra CLIVO argumento ha escrito Otro, papel que asumen en forma no consciente, porque forma parte del sentido común en tanto "10 pensado por otros" y aceptado como verdad.

Este pensamiento irreflexivo iría en contra de los principios sustentados por el liberalismo, por los cuales el "over-lappcd consensus", como ga-


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rantía necesaria para la justicia en una sociedad pluralista, se basa en el ejercicio de la razón (Rawls, J., Liberalismo político, 1993)•

Este concepto, que supone un SUJETO racional autónomo, garantizaría la

equidad y la libertad. Estas ideas son tomadas en la teoría neoliberal como supuestos universales, no sujetos a discusión. Son, por lo tanto, inmanentes y no susceptibles de crítica y cambio histórico, lo cual los vuelve irracionales.

Con esto se hace vigente el planteamiento de la Escuela de Frankfurt

acerca del "resto metafísico del empirismo y el positivismom(Adorno, TJWI y Horkheimer, M., Dialéctica del Iluminismo, 1944) que caracteriza al racionalismo, señalamiento que es fundamental en la medida en que, en Occidente, la idea de razón es equiparable de algún modo a la de verdad.

Por ello es que resulta Importante aríáližáFQŸDlF,cuRso HEGEMÓNICO, en tanto, sobre la base de repeticiones y deslizamientos de sentido (Fernandez, A.TññWñ17ñia--sðEiàFT995), instaura significaciones imaginarias y forma subjetividades acordes al sostenimiento de las mismas.

Oponer a es o un Cóntra Iscurso una reforma éticoolítica basada en una modificación de la estructura de poder que incluya r"cticas discursivas e un nuevo esti o, en as que la reflexión forma parte de un plan general para devolver al "actor" social su papel de sujeto transformador y constructor de historia.

Por eso preguntamos ¿qué tipo de subjetividad se está formando en esta sociedad global, desigual e injusta, teóricamente pluralista, formalmente democrática?

Esta pregunta no concierne solamente a la familia y a la escuela, sino a todos los ámbitos sociales, privados y públicos.

Analicemos algunos temas alrededor de los cuales se unifica el imagi-

nario social en estos momentos, y en los cuales se instala un doble discurso: Io que se dice y Io que ocurre en la práctica.

Estos son: Mito y Poder, Legitimidad de la Violencia, Estado y Derecho, Participación de las masas, Relación Líder-masa, Estado e Instituciones Educativas y libertad individual.

Hagamos la siguiente comparación entre lo sustentado por el DISCURSO HEGEMÓNICO en el actual bloque histórico neoliberal, y las concepciones autoritarias extremas, con lafinalidad de observar de qué manera y con qué contenidos a través del discurso se instituyen valores 1/ "verdades" y se constituyen subjetividades acordes con modelos encubiertamente autoritarios.

Se privilegia así la alienación del pensamiento en aras de la consecución

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ilusoria de una verdad compartida, de certezas que eliminarán toda duda acerca del destino social y personal. Es la mentalidad del hombre-masa.

LEGITIMIDAD DE LA VIOLENCIA

cuanto a la legitimidad de la violenciavelautoritarismo la justifica como

'ejercicio ilimitado de unos pocos elegidos sobre otros inferiores, fines             para detectar autoritarislos discursos de opinión", 1990, en este mismo libro)'





Nosick, uno de los teóricos más importantes del neoliberalismo, plan-

Anarquía, Estado y utopía, la existencia de un "Estado mínimo" desprotección del individuo y sus propiedades. Recordemos que n ro iedad privada está asociada a los deredel hombre, al es contraria a a de los bienes, las desigualdades son consideradas "natura"inevitables", Io mismo que los derechos humanos.

Io tanto, en este darwinismo social desembozado, la lucha de todos todos es justificada por un derecho "natural" a la propiedad, que el Estado protege.

separación entre individuos "superiores" e "inferiores", que proautoritarismo, se ve claramente reproducida aquí en los conceptos de "ganadores" y "perdedores" en términos individualistas, y los fines de la moral y la dignidad ensalzados por el fascismo son sustituidos por una dignidad comprada con dinero y una ausencia de ética• corolario, se ignora la lucha de clases y, en la práctica, pçima la

del más apto.

Se repite también aquello de que "el fin justifica los mediOS", borramiento esencial de toda ética o escrupulosidad, e irrespeto a los derechos humanos, en el afán de obtención de dinero y posiciones sociales a lucro.

En la práctica social, la protesta por la exclusión que sufren los "perdedores", es interpretada y difundida como subversión y reprimida como actua idad se estudia la posibilidad de otorgarle un papel a las Fuerzas Armadas en el Mercosur, creando un:

. 'sistema de seguridad común', que incluye un mecanismo

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para prevenir 'procesos de desestabilización social, cultural y/ o política en los estados parte' y también para prevenir estallidos de violencia por los siguientes motivos: 'factor campesino', 'indigenismo', 'terrorismo', o 'narcotráfico"'. (Clarín, 28-7-97,

Teniendo en cuenta los últimos acontecimientos en cuanto a la modalidad de protesta social ejercida en la Argentina de cortar las ru tas para ejercer presión y obtener trabajo (obsérvese que la protesta no va más allá de pedir ser incluidos en el mercado laboral), no podemos considerar casual el deslizamiento de sentido que significa poner en el mismo plano al "factor campesino", al "narcotráfico" y al "terrorismo", sin siquiera referirnos al "indigenismo", que quedaría en esta constelación, por 10 meno_S bajo sospecha de delito.

No queda esto desvinculado de la conce SOStenida res ecto a la violencia popular, en la que el esquema autoritario niegyla protesta interna y externaliza los conflictos culpando a los extranjeros, a los grupos minoritarios y a los más débiles.

Al mismo tiempo, quedan idealizadas las figuras de autoridad y rechazadas las figuras débiles con las cuales se identifica inconscientemente' mientras que en forma consciente se hace un esfuerzo para diferenciarse de ellas.

No es difícil trasladar este esquema a la situación actual del neoliberalismo, con ganadores y perdedores en el e.Scenario, en el lugar de los fuertes y los débiles.

Hay también una acentuación de la xenofobia como externalizaciÓn del conflicto, un no hacerse cargo de los efectos del ejercicio de un sistema desigual e injusto (en América Lalina se adjudica actualmente el problema de la desocupación, enfermedades endémicas' miseria y otras desgracias a la migración marginal de países vecinos)' en el rebrote del racismo en Europa, en el desprecio por los más débiles y en la búsqueda de identificación on un modelo exitoso, junto con la exaltación de las diferencias.

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ESTADO E INSTITUCIONES EDUCATIVAS

La instrumentación, entonces, de la relación entre Estado e instituciones educativas merece especial atención ya que tiene que ver directamente con la formación de mentalidades y la constitución de la subjetividad en este mismo sentido.

En lugar de la aniquilación del Yo lograda en los modelos abiertamente autoritarios a través de la humillación sadomasoquista, se logra la destrucción de la subjetividad a través de su vaciamiento, al romper fronteras entre imaginación y realidad, coincidiendo este elemento con la propuesta posmodernista en que la meta es el goce en Io banal, la contemplación del devenir y el debilitamiento de las líneas divisorias entre fantasía y realidad. (Vattimo, G., El fin de la modernidad, 1987.)

En lugar de altos valores morales del modelo potencial fascista, su majestad el dinero y el acceso a la propiedad es lo que hacen libre al individuo. Por ende, no hay lucha por la libertad sino por el acceso al consumo, y la ilusión de la multiplicidad de opciones es Io que favorece la idea de ser libre.

Aunque no compartimos la posición teórica de fondo de G. Lipovetsky, creemos que hace una excelente descripción de la situación actual, a la que llama "la era del vacío

"Con la profusión lujuriosa de sus productos, imágenes y servicios, con el hedonismo que induce, con su ambiente eufórico de tentación y proximidad, la sociedad de consumo explicita sin ambages la amplitud de la estrategia de seducción", y explica: "seducir es: abusar por el juego de las apariencias' (Lipovetsky, G., La era del vacío, p. 19).

Esta estrategia de seducción de la sociedad posmoderna corre paralela con un proceso de personalización, donde se tienen en cuenta los deseos de los individuos y aumenta su libertad combinatoria. Se reduce la rigidez de las organizaciones, cambian por dispositivos flexibles los modelos uniformes y pesados, se privilegia la comunicación respecto a la coerción.

Todo esto se presta al juego de las apariencias, donde se esteriliza silenciosamente el espacio público y del lenguaje, se asceptiza el vocabulario, se realiza un verdadero "11fting semántico'

Lo que le hace decir más adelante que éste es:

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'el nuevo perfil del individuo personalizado, narcisista, sediento de inmersión instantánea, de 'hundirse' de sentir 'más', de volar, de sentir sensaciones inmediatas... en una especie de trip sensorial y pulsional. Esto dignifica una atomización de lo social... expansión en abismo de la lógica individualista'

En esta descripción, que es todavía más abundante en su texto, el autor sostiene que:

'lejos de ser un agente de mistificación y pasividad, la seducción es destrucción cool de Io social por un proceso de aisla-

miento que se administra, ya no por la fuerza bruta o la cuadrícula reglamentaria, sino por el hedonismo, la información y la responsabilización".

Se realiza el ideal moderno de la autonomía individual, asentada en el concepto de libertad, convirtiéndola en una libertad estéril asentada en el goce. El hedonismo nihilista se reproduce con otra faz.

La necesidad imperiosa de la lógica de producción de mercancías, la permanente innovación para mantener el mercado activo, requiere de la formación de mentalidades acordes. El individuo, vaciado de historicidad es un individuo adaptado a las circunstancias, que toma Io que es, como es, en su devenir, sin proponer transformaciones (sólo innovaciones, dentro del modelo propuesto). Es una subjetividad proclive a la consecución de lo inmediato, infantilizada y sumisa, dispuesta a la idealización.

 La idea de "flexibilización laboral", que se encuentra detrás de las propuestas de la educación polimodal, reclama una adaptación de la subjetividad al capitalismo salvaje, e implica la posibilidad de amoldarse al cambio permanente, donde nada es durable ni demasiado predecible. Se modifica la noción de futuro, no hay utopía porque no hay ni puede haber proyecto. Todo transcurre en un eterno presen te.

Estas significaciones se transfieren desde el modelo económico al de

las relaciones personales: amistad, pareja, solidaridad, quedan afectados.

Las propuestas de "calidad" y "equidad" dentro del sistema educativo se hacen desde la cúpula sin tener en cuenta las desigualdades económicas y los problemas en la distribución de la justicia.

Estos son los "impensables", Io innominado del discurso, que se encargan de resaltar los "desestabilizadores" sociales, en este momento los pro-

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pios educadores, que se instalan con una carpa frente al Congreso, como símbolo, por si las palabras no alcanzan, como prueba material y presencial de la contradicción entre las palabras optimistas del gobierno y el malestar real existente.

PARTICIPACIÓN DE LAS MASAS

En cuanto a la participación de las masas, si bien el potencial fascista las propone como "seguidoras irrestrictas hacia un ideal de superioridad moral, social, étnica o nacional", el neoliberalismo las homogeniza a través de

la opción fantasiosa del consumismo.

La fantasía de que habrá riqueza para todos los estratos sociales, difundida y apoyada por los medios de comunicación de masas, juega un importante papel, no sólo en la difusión de este mensaje, sino como un medio que, en sí mismo, es portador del mensaje que reemplaza el pensamiento conceptual por la imagen.

Este reemplazo significa un paso atrás en la elaboración inteligente, puesto que la palabra es adquirida con posterioridad en la constitución

psíquica, y la imagen se presta a la indiferenciación más primitiva en la que los afectos, más que las ideas, están presentes.

La imagen "es a la vez un recuerdo, un deseo y una anticipación", (Smith, J., Duelo, arte e historicidad humana, 1991), en la que el presente, y el pasado y el futuro no están diferenciados.

La imagen es una recreación de una satisfacción pretérita ahora nuevamente querida y anticipada:

. antes que las palabras, el mundo sale a la luz en imágenes cargadas afectivamente. Este mundo pre-diferenciado, un mundo en el cual la diferencia entre el selfy el otro no está aún establecida, es un mundo en que el aún-no-otro sin embargo aparece"

Si bien la imagen es tan cara a la realización poética y a la plástica, el reconocimiento de que representa un lenguaje no racional lo hace un instrumento de doble filo en lo que se refiere a discriminación de mensajes socialmente válidos.

La propuesta posmodernista del pensamiento de "Ge-stell" (tecnifi-


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cación) como producto de la tecnologización progresiva, colabora con este no puede ir más allá de lo propuesto por los intereses del mercado, regido reemplazo de la realidad por imágenes de la misma, que son las que ofre- éste por las empresas multinacionales, portadoras de las ideas de cen los medios.  globalización, falsa imagen de un igualitarismo inexistente a escala Al decir de Vattimo (op. cit.), la realidad es aligerada porque la línea planetaria, apoyado por el avance de las comunicaciones v la existencia divisoria entre realidad y ficción se hace tenue. La relación entre sujeto y del ciberespacio, que potencia esta ficción.

objeto se vuelve confusa, y la tecnología contribuye a la mediatización de La adhesión irreflexiva a las nuevas tecnologías seduce por la sensala experiencia. ción de omnipotencia que puede otorgar el sentirse navegando por un esPongamos como ejemplo extremo las realidades virtuales y elpacio virtual donde todo es posible, en el voraz deseo de obtener informaciberespacio. Se banaliza allí frente al sujeto la posibilidad de reconstruirción.

la realidad circundante, su mundo, para recrearlo y transformarlo. El ima-Renuncia éste, por tanto, a su papel analítico y creador de utopías ginario virtual sustituye la utilidad de un discernimiento entre fantasía y orientadoras de transformación social, restringiendo su papel a estrechas realidad. Se destruye no sólo al objeto, sino también la subjetividad. miras reproductoras de lo dado.

En este contexto, nos resulta fructífera la noción de imaginario social, acuñada por Castoriadis (La institución imaginaria de la sociedad, 1975), como

MITO Y PODER                                                                            'producción de significaciones colectivas'


Al distinguir entre imaginario "instituido" e "instituyente", marca las La relación entre mito y poder se afinca en el neoliberalismo en la coloca- bases para una consideración dinámica entre las significaciones que conción del mito en el presente, en la fe en los efectos beneficiosos de la tecno-solidan Io establecido y la capacidad instituyente de los posibles organizalogía. Coincide esto también con la filosofía posmoderna en que a ese va- dores de sentido.

ciamiento de la subjetividad, en el cual incide en forma importante y deci-Esta es una cuestión inevitablemente ligada al poder, ya que tiene que siva la tecnificación avasallante, se agregue una actitud nihilista, un ver con la organización de una sociedad y con la producción de subjetiviirracionalismo centrado en un presente que transcurre y deviene sin inter- dad, una subjetividad adecuada a esas organizaciones de sentido, que se vención del sujeto. Muere así el sujeto histórico. filtran en todos los niveles de la cotidianeidad, y que aseguran la reproEl pensamiento de la "fruición" posmodernista, además, que no busca ducción de las mismas. ningún fundamento y, por lo tanto, no contribuye a la transformación práctica de la realidad, asesta el golpe de gracia a toda racionalidad crítica. Se reemplaza simultáneamente una ética de los valores por una ética de los LIBERTAD INDIVIDUAL bienes, punto de fundamental coincidencia con la economía neoliberal.

Con respecto a la libertad individual, tanto el autoritarismo como el neoliberalismo sostienen la tesis de fondo de que no existe un acceso iguaEL PAPEL DE LOS INTELECTUALES          litario a la misma.

El primero, abiertamente afirma tal derecho para los elegidos por Dios y El papel de los intelectuales, otro de los tópicos revisados, en el la Naturaleza, mientras que el segundo, en la teoría de Nosick (op. cit.), reneoliberalismo es el de difusión del "discurso vacío", o discurso vaciado sultará de un pacto entre los intereses de los individuos, que deben elegir de significaciones reales, propagador del mito y contrario a toda argumen- entre los principios que gobernarán su vida, en estado de ignorancia de sus tación, profundización o reflexión. Es el discurso de la banalidad. habilidades y posición en la sociedad, que optan por "maximizar la minima El intelectual del consenso se limita a reproducir lo dado, la innovación ganancia" (principio Maximin), que establece un "princlpio de libertades bást-


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cas" (libertad política, de palabra, de conciencia, personal, de no ser arrestado, de propiedad), que es igual para todos, y un segundo "principio de diferencia", que justifica las desigualdades en favor de los menos afortunados.

Sin embargo, aunque se postula que el derecho a la libertad es igual para todos, el llamado "valor de la libertad" no lo es.

Este valor depende de los medios para hacer efectiva esa libertad, medios fundamentalmente materiales. Aquí, como señala Orietta Caponi (El neoliberalismo, mimeo, 1993).

el sacrificio de la libertad para obtener las condiciones necesarias, puede justificar incluso la servidumbre, desigualdades políticas y cualquier restricción de las libertades básicas"

Si la libertad en el neoliberalismo es un derecho natural, como la propiedad privada —diríamos nosotros—, sólo podrán gozarla una vez más los más fuertes, en la lucha por la supervivencia. Como en el au toritarismo, no es la determinación humana sino 'fla Naturaleza", la que decide la posición relativa de los individuos en la sociedad. Vuelve a desaparecer la voluntad colectiva como sujeto histórico.

Es un naturalismo, más exactamente, un teologismo. Dios y la Naturaleza, y no el decurso de la historia construida colectivamente por los hombres en sus mutuas determinaciones, deciden el destino individual y social.

Si siguiendo a Nosick, el Estado debe preservar a los vencedores, es un Estado-gendarme similar al anterior Estado liberal, pero no ya para garantizar el ejercicio de la voluntad general, sino para preservar a los ganadores, que son los que han logrado acceder a la propiedad y al poder.

Se puede inferir que, en el orden institucional, el brazo armado estará al servicio de este mismo fin. Por Io tanto, éste dejará de ser "mínimo" en cuanto a la función represiva, puesto que los ganadores (los que poseen la

propiedad y, por lo tanto, la libertad) han de ser siempre menos que los que no la poseen, profundizando así, aún más, la desigualdad.

Esto explica, en parte, también la relación entre Estado y Derecho, puesto que los marcos jurídicos son, por lo mismo, sólo formales, ya que en la práctica sirven también a los intereses de unos pocos, y la legitimidad de la violencia, en tanto se justifique como defensa frente al ataque (proyección paranoide de la patología autoritaria) de algunos seres malvados o con "afán de dominio'

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En este mismo sentido se legitima el ejercicio de poder más extremo en el autoritarismo genocida.

Pero donde queda ejemplarmente ilustrado, por las razones antes expuestas, es en el ejercicio de la violencia por algunos elegidos sobre otros inferiores, en esta preservación de los triunfadores por parte del Estado, léase, por ejemplo, ejercicio de la violencia policial contra los manifestantes de Cutral-Có.

RELACIÓN LÍDER-MASA

Es en este mismo sentido, se plantea, en la relación líder-masa, un emergente de estos principios en que el carácter sacralizado del líder es sustentado por una imagen mediática, que si no sacralizada, se muestra inalcanzable e idealizada en sus atributos de poder, que van desde una simpatía sobrenatural hasta la posibilidad de resultar ganador en todas las gestas, tanto políticas como sexuales o deportivas, sin tener en cuenta el aspecto ético.

El hombre-masa se define por la adhesión instantánea, no racional, a consignas:

las multitudes no han conocido jamás la sed de la verdad. Piden ilusiones, a las cuales no pueden renunciar. Dan preferencia a Io irreal". (Freud, S., Psicología de las masas..., 1932).

Como sucede en el sueño y en la hipnosis:

"La prueba de la realidad sucumbe, en la actividad anímica de la masa, frente a la energía de los deseos cargados de afectividad".

En el individuo integrado a la multitud quedan abolidas ciertas facultades, sobre todo, racionalidad y responsabilidad.

La creación y el sostenimiento de la mentalidad del hombre-masa es un recurso autoritario por excelencia, ya que la intensificación de los afectos y del deseo a través de ilusiones, Io convierte en un ser no-racional ni libre, en el sentido de que sus aspectos conscientes y no conscientes se hallan confundidos.

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Las ideas-fuerza pueden ocupar el lugar del líder. Así se construyen las ilusiones, mediante la depositación de la realización de un deseo en alguien o en algo que muestre la capacidad de realizarlo. El poder asignado es así, enorme.

Finalmente, diría Gramsci:

"la filosofía, en la forma que le interesa a la masa es como nor-

ma de conducta. El elemento más importante es el elemento no racional, de fe... especialmente en el grupo social al cual pertenece en tanto Io piensa difusamente como él mismo... el haber sido convencido de modo fulgurante es la razón permanente de la durabilidad de la convicción..." (Gramsci, A., Quaderni..., p. 1392, "Condiciones para la adhesión de una masa a una ideología"; la traducción es nuestra).

La uniformización de la masa a través de una supuesta base de "valores standard compartidos", que plantea Rawls en uno de sus últimos libros (Liberalismo político, 1998), dentro de la pluralidad, basado en la racionalidad que logrará limitar el papel del Estado, neutralizará su poder y, según esta concepción, posibilitará la convivencia política sobre la base de una concepción moral mínima, capaz ésta de proporcionar un denominador común para visiones diferentes de lo que es conveniente en la vida en común.

Larmore (Patterns of Moral Complexity, Cambridge Univ. Press, 1987), sostiene esta postura, diciendo que la tarea del liberalismo es encontrar esos principios racionales de equidad en el diálogo y de asociación política, arraigados en la mentalidad de la cultura occidental.

Este concepto lo vemos contradicho en la práctica cotidiana, a la vista de las dificultades cada vez mayores de índole teórica y práctica para Ilegar a acuerdos a escala mundial.

Además, tanto la racionalidad humana como la internalización del concepto de equidad y justicia, se dan por sentados, y quedan, por lo tanto, excluidos de la discusión.

El concepto de "consenso traslapado" (overlapped consensus), planteado por Rawls, es el único criterio de razonabilidad moral. Da por supuesto que el liberalismo garantiza la justicia.

El racionalismo y el "overlapping consensus", operan así como una ideología unificadora y uniformadora sobre principios considerados universales y, por Io tanto, inmutables y no susceptibles de crítica.

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El DISCURSO HEGEMÓNICO, que es unitario, logra el consenso rutinario a través del uso de la "jerga" (Adorno, T. W. , La ideología como lenguaje, 1945), entremezclada con el discurso, en el que la palabra, desgajada del mismo, se transforma en consigna, invalidando el razonamiento.

'La jerga actúa aplicando como principio organizador la desorganización, la desintegración del lenguaje en palabras en sí'

Desempeña una importante función en la construcción del consenso, opera en el nivel del sentido común, que contribuye a sostener el DISCURSO HEGEMÓNICO. Es un "operador del consenso". "La jerga de la autenticidad — dice Adorno— es la ideología en cuanto lenguaje, abstracción hecha de todo contenido' .

Señalemos, por último, el uso no sólo de imágenes, sino del lenguaje del video-clip (flashes, spots), veloces fragmentos que se diseminan en el nuevo lenguaje de la posmodernidad que, más que comunicar algo, incomunican a través de un lenguaje vacío.

BIBLIOGRAFÍA

Adorno, T. W. Y I•lorkheimer, M., Dialéctica del Iluminismo, 1944.

Adorno, T. W. , La ideología como lenguaje, 1945.

Castoriadis, C., La institución imaginaria de In sociedad, 1975, (1" ed. en francés).

Caponi, O., El neoliberalismo, mimeo, 1993. Fernández, A., Lo imaginario social, 1995.

Freud, S., "Psicología de las masas y análisis del yo", 1932, en Obras Completas,

Amorrortu, Bs. As., 1974.

Gramsci, A., Quaderni del carcere, Einaudi Editore, Milano, 1976.

Larmorc, Patterns ofMoral Complexitl/, Cambridge Univ. Press, 1987.

Lipovetsky, G., La era del vacío, Anagrama, Barcelona, 1992.

Neuhaus, S., "Escala para detectar autoritarismo en los discursos de opinión", 1990.

Nosick, R., Anarquía, Estado y utopía, Fondo de Cultura Económica, 1987.

Rawls, J., Liberalismo político, Fondo de Cultura Económica, 1993.

Smith, J., "Duelo, arte c historicidad humana", Revista Argentina de Arte 1/ Psicoanálisis, Bs. As., 1991.

Vattimo, G., El fin de la modernidad, Gedisa, Madrid, 1987.

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